EL VALLE DE NAVIA

Villayón

Un entorno único

Situado en las montañas asturianas cuenta con paisajes impresionantes sin falta de salir de los muros de la casa, pero al mismo tiempo esta situado a 20 minutos de las playas del litoral asturiano, a 10 min del embalse de Arbón donde se puede practicar deportes acuáticos, Rodeado de naturaleza, es un lugar idílico para el descanso.
EMBALSE DE ARBÓN

En el embalse de Arbón, a 7 Km del hotel se puede practicar deportes acuáticos, rutas en canoa que discurren por espacios naturales solo accesibles desde el agua, de una gran riqueza ecológica y paisajística.

RUTA POR LOS ACANTILADOS ASTURIANOS

Entre Luarca y Cudillero se extienden 35 kilómetros de acantilados rocosos contra los que el mar bate furioso, afilando cabos, desgajando islotes y esculpiendo calas tan imponentes como la playa del Silencio. Una ruta en coche con seis paradas para estirar las piernas y la mirada.

Entorno

PLAYAS

Las playas y pequeñas calas, de gran interés ecológico y turístico del Occidente de Asturias están solo a 17 km de distancia del hotel. Son playas arenosas, de grano bastante grueso, por entrar en su composición la predominante pizarra.

CASCADAS DE ONETA

Desde el hotel se puede iniciar la Ruta de las Cascadas de Oneta Monumento Natural del Principado uno de los espectáculos naturales más imponentes de Asturias, situadas a tan solo una hora caminando.

Las cascadas de Oneta se componen de un conjunto de tres saltos de agua que se escalonan en pocos metros.

Jalonando el curso del río Acebo que discurre entre rocas y numerosos pozos. La corriente se precipita verticalmente por una altura entorno a los 30 m., formando una cascada de espectacular belleza «La Firbia», la más accesible e impresionante de las tres. Las paredes del roquedo se muestran densamente cubiertas de musgos y helechos. La cascada está rodeada de robles, abedules y castaños y en su margen derecho se encuentra un canal que en la antigüedad abastecía a varios molinos. Nos encontramos, pues, en una localización privilegiada para apreciar esa relación estrecha entre el paisaje asturiano y su etnografía relacionada con el agua.

Siguiendo el cauce del río nos existen otras dos cascadas, de menor altura aunque no menos bellas: la Ulloa y la Maseirua. En el entorno inmediato de éstas la vegetación sigue siendo exuberante, con una frondosa cubierta de fresnos y alisos.

Para encontrar la segunda cascada hemos de acompañar al río en su agradable descenso entre pozas y pequeños saltos de agua

Con suerte, en el transcurso del río podremos ver numerosos tritones, ranas y hasta alguna nutria, la fauna más representativa de este ecosistema. La presencia de estos animales nos habla de la calidad ambiental de este entorno que bien merece su protección y el título conseguido: Monumento Natural del Principado.

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